¡Recuerden su humanidad y olvídense del resto!
























En enero del año 1939 en Washington, Bohr y Fermi, dos de las mentes más brillantes de la física del siglo XX hacen público en una conferencia la posibilidad de una reacción cadena liberando gran energía en un proceso de fisión nuclear. Enfrascados en el otro problema de los científicos de antes y de ahora: quién publica antes, no se dieron cuenta del tremendo perjuicio que podría tener para todo el mundo una investigación sin control de la fisión nuclear....
Cuando comienza la Segunda Guerra Mundial y bajo un secretismo total, los científicos comienzan a desarrollar aplicaciones bélicas de la fisión, los americanos e ingleses recelosos del adelanto técnico de los alemanes se enfrascan en el Proyecto Manhattan. En dicho proyecto, además de nuestro amigo Feynman, también participa Joseph Rotblat, un físico polaco que como dice Freeman Dyson en su libro "El cinetífico rebelde", si hubiera estado en la conferencia de enero en Washington probablemente no existirían las bombas atómicas. Pero el hecho es que allí estaba, desarrollándola por miedo a que Hitler las crease antes que ellos. Cuando supieron que Hitler no estaba interesado en la física atómica no dejaron de trabajar en su bomba....bueno, no todos, Rotblar abandonó el proyecto, puesto que no le veía sentido....podemos decir que antepuso la ética a su condición de científico. El resto de grupo, animado con sus avances continuó trabajando hasta que se quedaron horrorizados con Hiroshima...

Rotblat dedicó su vida a suprimir las armas nucleares aunque su objetivo a largo plazo era eliminar las guerras, un científico idealista, un ¿loco?....un hombre al que en 1995 le concedieron el premio Nobel de la Paz junto a las conferencias Pugwash que también dirigió.....solía terminar sus discursos con esta frase "¡Recuerden su humanidad y olvídense del resto"

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